Un poco de historia...
A lo largo de la historia, los hombres hemos necesitado comunicarnos con el resto; primero lo logramos a través del lenguaje. Después hemos sentido la necesidad de transferir nuestras imágenes y sonidos a distintos materiales: piedra, metal, madera, pero éstos no tenían suficiente capacidad de almacenaje y su repercusión se reducía a un entorno ínfimo.
Las diferentes civilizaciones necesitaron dejar por escrito sus actividades diarias: sociales, culturales, económicas, científicas, y fue con la invención de la imprenta como se pudo resolver el problema del almacenaje de la información y la globalización de los conocimientos.
La imprenta consiguió que, de una forma barata, el conocimiento pudiera llegar a cualquier persona y que esta información perdurara en el tiempo hasta nuestros días.
Fue el máximo difusor de cultura por encima de distancias, razas, sexos o economías pudiendo ser sólo acallada a través de la fuerza en ciertos regímenes dictatoriales.
La importancia de la imprenta
Si la medida de la perspectiva de crecimiento de una nación es su cultura, la imprenta es el alma de la misma, puesto que por ella podemos transmitir el conocimiento a todos los escenarios, privados y públicos. La imprenta en sí misma ha conseguido que la cultura sea patrimonio colectivo, al poder llevarla a todos los sitios, además ha sido capaz de acercar el entretenimiento a todos los públicos a través de los libros.
La tecnología ha ayudado siempre al crecimiento de la imprenta, y aunque actualmente podamos pensar que es un serio hándicap para su evolución o incluso para su supervivencia, creemos fielmente en el poder de los libros. El formato físico es algo que nunca vamos a abandonar.
A todas las personas nos encanta el tacto, la textura, el olor de un libro, pero además estos son ecológicos, ya que no consumen electricidad, se pueden usar al contrario de los dispositivos electrónicos en cualquier lugar y su reciclaje da lugar a nuevos libros.
Por más que pase el tiempo, la imprenta siempre estará de moda, ya que es el medio más barato, eficiente, ecológico y sostenible para democratizar la cultura, el conocimiento y el ocio escrito entre las personas.
